La paciencia tiene un límite, y la doctora Penelope Horlick lo ha aprendido de la manera más amarga. Durante once largos años, esta investigadora de la Universidad de Oxford ha tenido que soportar la pesadilla de ver cómo su preciado Porsche 911 Targa de 1997 se perdía en el limbo de un taller mecánico.
Todo comenzó en 2010, cuando un pequeño accidente obligó a la doctora a dejar su Porsche en el taller de Jagjiwan Jhally, JJ Engineering. Las primeras estimaciones hablaban de una reparación rápida y económica, pero pronto quedó claro que algo no iba bien. Jhally, el mecánico, comenzó a retrasar la entrega del vehículo una y otra vez, alegando problemas técnicos y dificultades imprevistas.
Una pesadilla sin fin
La paciencia de la doctora Horlick se agotaba con el paso de los años. A pesar de las promesas del mecánico y de sus intentos por mantener una comunicación cordial, la situación se volvía cada vez más tensa. Jhally se mostraba evasivo y, en ocasiones, incluso agresivo, negándose a entregar el vehículo y exigiendo pagos adicionales por los supuestos gastos de almacenamiento.
En 2014, desesperada y cansada de esperar, la doctora se vio obligada a comprar otro coche. Sin embargo, nunca perdió la esperanza de recuperar su Porsche.
Un final inesperado
Finalmente, en 2022, tras años de lucha legal, la doctora Horlick logró obtener una victoria contundente. Un juez británico condenó al mecánico a pagarle una indemnización de más de 130.000 euros, una cantidad que equivale al valor actual de mercado de un Porsche 911 Targa de la misma serie en perfectas condiciones.
Sin embargo, la historia no termina aquí. Cuando el mecánico fue a entregar el coche, este se encontraba en un estado lamentable. Faltaban piezas fundamentales como el motor y la caja de cambios, lo que demuestra la mala fe del mecánico y la falta de cuidado con el vehículo de la doctora.
Lecciones aprendidas
La historia de la doctora Horlick es un claro ejemplo de cómo un simple arreglo mecánico puede convertirse en una pesadilla si se cae en manos de un profesional deshonesto. Esta experiencia nos enseña la importancia de elegir con cuidado un taller de confianza y de exigir siempre un presupuesto detallado y un plazo de entrega realista.
Además, este caso pone de manifiesto la importancia de documentar todas las comunicaciones con el taller y de guardar todas las facturas y recibos. En caso de conflicto, esta documentación puede ser crucial para presentar una reclamación y obtener una indemnización.
