CITRÖEN

Compra un Citröen C3 y la marca le deja sin coche por un defecto de fábrica que "pone en peligro su vida"

Citröen C3
Citröen C3

Imagina comprarte un coche y que te manden poco después un correo electrónico o una carta en la que te advierten que no lo podrás usar durante un largo periodo de tiempo porque tiene un airbag defectuoso que puede acabar incluso por "la muerte" del conductor o de alguno de sus tripulantes. Pues bien, esto es lo que ha pasado con Citröen y DS. Solo que en este caso no parece que estén dando soluciones eficientes a los clientes.

Citroën y DS Automobiles han emitido una advertencia de seguridad urgente a los propietarios de vehículos C3 y DS 3 equipados con infladores de airbag fabricados por Takata. Según la empresa, las sustancias químicas de estos infladores pueden deteriorarse con el tiempo, lo que podría resultar en una rotura del inflador con demasiada fuerza en caso de choque. Este fallo podría causar lesiones graves o incluso la muerte a los conductores y pasajeros.

Debido a este grave riesgo, Citroën y DS Automobiles han solicitado a los propietarios que dejen de conducir sus vehículos de inmediato. Se les ha instado a acceder a un enlace proporcionado (https://www.citroen.es/posventa/recuperacion.html) para proporcionar información importante que ayudará a tratar su caso lo antes posible. En caso de no poder acceder al enlace, los propietarios deben ponerse en contacto con su concesionario autorizado más cercano.

La compañía ha asegurado a los clientes que están tomando esta situación con la máxima seriedad y lamentan cualquier inconveniente que esta medida preventiva pueda causar. Han agradecido la cooperación y atención de los propietarios en este asunto crucial para la seguridad.

Un Drama Personal

El pasado 6 de mayo de 2024, Citroën y DS Automobiles emitieron una carta de advertencia a los propietarios de vehículos C3 y DS 3 equipados con infladores de airbag fabricados por Takata. Sin embargo, la recepción de esta carta, que alertaba sobre el riesgo de lesiones graves o muerte debido a la posible rotura de los infladores, ha generado múltiples problemas y preocupaciones entre los afectados.

Uno de los propietarios, que recibió la carta el 17 de mayo y registró su vehículo el 19 de mayo a través del enlace proporcionado, denunció que aún no ha recibido el código necesario para proceder con el recambio de las piezas en un taller oficial, ni un coche de sustitución. A pesar de que los talleres han comenzado a disponer de vehículos de reemplazo, la lista de espera supera las 100 personas, con solo 5 a 10 coches disponibles por taller.

La situación se agrava con la información reciente de que las piezas necesarias para el recambio no estarán disponibles hasta 2025. Esto ha dejado a muchos propietarios, como el denunciante, sin poder utilizar sus vehículos para actividades cotidianas como ir al trabajo. Además, continúan pagando seguros y permisos de circulación que, dadas las circunstancias, no cubren los riesgos asociados.

Free2move, una empresa perteneciente a la marca, ha proporcionado coches de sustitución a algunos afectados, pero solo tras presentarse en el concesionario y reclamar vehementemente. Este comportamiento ha sido criticado por los propietarios, quienes consideran inapropiado tener que adoptar medidas extremas para obtener un servicio justo.

El problema afecta a modelos fabricados entre 2009 y 2019, lo que implica un gran número de afectados. La emisión de la carta de advertencia se produjo tras la muerte de un hombre español en un accidente, quien sufrió heridas mortales debido a la rotura del inflador del airbag.

En otros países como Francia e Italia, el problema ha recibido mayor cobertura mediática y presión pública. Sin embargo, en España, muchos propietarios se sienten abandonados y desprotegidos. A pesar de seguir pagando sus seguros y demás costes asociados, se enfrentan a una situación en la que son responsables de cualquier eventualidad con sus vehículos, sin recibir el soporte necesario por parte de la marca.

La situación ha generado una gran frustración entre los propietarios, quienes esperan que la difusión de sus experiencias pueda movilizar a las autoridades y a la opinión pública para encontrar una solución más rápida y efectiva a este problema de seguridad.