Curiosidades

Los hombres no compran eléctricos porque no son lo suficientemente "varoniles"

De acuerdo con un reciente estudio, la “virilidad” del orgullo masculino impide aupar las ventas de los coches eléctricos

La era del coche eléctrico que debería haber llegado hace unos años todavía está muy lejos de llegar por completo. En general, todavía tienen que superar numerosos obstáculos para su adopción universal, y bajar sus precios. El que nos ocupa aquí podría ser uno de ellos, aunque dista mucho de ser el más importante. Esto es más bien la gota que colma el vaso, un aparente “problema” que va en contra de los vehículos eléctricos.

La falta de infraestructura y tecnología adecuadas son los mayores problemas detrás de su lenta adopción, a pesar de las serias presiones de los gobiernos locales y los mayores fabricantes que existen (especialmente ahora desde China). Sin embargo, la percepción que los hombres tienen de su propia masculinidad o, mejor dicho, de lo que es su comprensión de la masculinidad como un comportamiento aprendido, resulta que también podría tener un papel en la lenta adopción del coche eléctrico.

Un estudio reciente realizado por el Dr. Michael Parent de la Universidad de Texas en Austin (UT), Estados Unidos, analiza la contingencia de masculinidad y la forma en que influye en los comportamientos y los estilos de vida de los consumidores. El estudio está lejos de ser concluyente, puesto que se realizó a un pequeño grupo de 400 hombres estadounidenses cisgéneros planteando una situación hipotética, y tampoco es que cuente con el respaldo de datos científicos concretos que nos den “la verdad”.

El estudio del Dr. Michael Parent es el primer signo que apunta en la dirección general de un vínculo entre el concepto de masculinidad y la actitud hacia los coches eléctricos

En palabras muy sencillitas, los hombres pueden mostrarse reacios a comprar un vehículo eléctrico porque no lo consideran lo suficientemente “varonil”. Como tal, comprar un coche que no hace ruido ni consume petróleo dañaría su imagen masculina, por lo que preferirían quedarse con un vehículo de motor de combustión interna, incluso cuando son plenamente conscientes de los problemas del cambio climático, regulaciones futuras y cómo su elección individual podría marcar una (muy pequeña) diferencia.

Pero antes de entrar en materia, ¿sabrías decir qué es la contingencia de masculinidad? Es necesario algo de contexto, porque aquí hay más de lo que puede parecer. La contingencia de masculinidad es un concepto relativamente nuevo, introducido por Burkley, Wong y Bell en 2015 como una forma de explicar el grado en que el autoestima de un hombre dependía directamente de su sentido de masculinidad, de la idea de lo que debería proyectar o de las expectativas que la sociedad deposita en él como hombre.

La MCS (Escala de Contingencia de Masculinidad, por sus siglas en inglés) analiza la forma en que los estándares culturales de la masculinidad influyen en la autoestima de los hombres. Estos estándares culturales y arraigados al ser humano van desde la dureza y las cualidades antifemeninas hasta el estatus social. Es la antigua creencia de que “los niños no lloran y las niñas sí”, si buscamos una explicación aún más simplista de la teoría. Y aunque parece que los eléctricos no se perciben como varoniles, hay una solución.

Según el Dr. Parent, la contingencia de masculinidad implica que los vehículos eléctricos no son varoniles porque son muy silenciosos y, generalmente (erróneamente), se los considera menos potentes. De los 400 hombres que participaron en el estudio, casi el 40 % calificó los vehículos eléctricos como la peor opción para un coche nuevo. Una abrumadora mayoría de ellos sostenía puntos de vista masculinos tradicionales sobre cómo deberían aparecer ante el mundo, que por supuesto no es ni en silencio ni con discreción.

“Las buenas decisiones de compra del consumidor se toman, hasta cierto punto, teniendo en cuenta cómo esas compras reflejan las identidades personales”, describe el Dr. Parent en su estudio. “Entre los hombres, el respaldo a la contingencia de masculinidad se relacionó con una menor preferencia por los vehículos eléctricos”. El investigador señala también que esta creencia podría corregirse mediante la publicidad, aunque admite que el estudio no es concluyente, pues tampoco es una verdad absoluta el vínculo entre la menor preferencia de los vehículos eléctricos y que el cambio climático no importe. 

Si los hombres encuestados se despertasen mañana con una nueva perspectiva acerca de la propiedad de vehículos eléctricos, no resolverían todos los problemas del cambio climático. Pero sería un punto menos para agravar todos los demás temas adyacentes, según dice el Dr. Parent. Junto a él, la psicóloga Louise Goddard-Crawley señala que los rasgos asociados con la masculinidad desde los albores de la humanidad, como el dominio y la fuerza física, a menudo se asocian con “vehículos tradicionales” y ruidosos.

Los vehículos eléctricos todavía tienen un largo camino por recorrer hasta que reemplacen a los de combustión por muchas buenas razones, pero no se necesita un estudio para saberlo

Tiene sentido, entonces, que un hombre con estas ideas más tradicionales valore este tipo de vehículos por encima de los silenciosos eléctricos. Ese hombre tampoco se pondría una camiseta rosa para ir al trabajo ni iría jamás en bicicleta con ruedines o entraría en un baño femenino aunque le explotase la vejiga y fuese su única opción. Una vez más, el estudio no es concluyente y no está respaldado por datos científicos, pero sí muestra un camino hacia la adopción de los vehículos eléctricos que es largo y sinuoso.