Jaguar Land Rover atraviesa serios problemas, tal y como han filtrado a CHASIS CERO fuentes internas de la marca. Los propios trabajadores lo reconocen. Pero ya no solo hablamos de las 1.001 averías mecánicas que se dejan ver por doquier, sino de otras cuestiones que también afectan a quienes confiaron plenamente en Jaguar Land Rover. Las averías y los problemas mecánicos que se solucionan con cambios de motor de cinco cifras de valor son una cosa, pero ahora parece que la falta de recambios empieza a hacer mella en el fabricante británico.
Tal y como han relatado estas fuentes, la preocupación por la falta de recambios en Jaguar Land Rover es tremenda. Y lo es porque ni siquiera los directivos de la marca tienen el "privilegio" de poder acceder a estos recambios a tiempo. Circula una historia entre los pasillos de la nueva sede de Jaguar Land Rover sobre un importante directivo de la marca que lleva nada menos que nueve meses esperando una puerta de su coche, tal y como han asegurado fuentes solventes de la marca a CHASIS CERO. No es que se trate de una pieza o un componente de motor exclusivo. Hablamos de que una puerta, algo de lo más común en cualquier coche, no aparece por ningún sitio ni para uno de los pesos pesados de Jaguar Land Rover.
Pero no solo se trata de una puerta. Ya comentamos que había problemas con otros modelos más antiguos de la marca de los que no había absolutamente ni rastro por ninguna fábrica de Jaguar Land Rover. Lo curioso es que ahora esta falta de stock de algunos componentes empieza a hacer cundir cierto pánico, pues se ha unido a los graves problemas mecánicos que se dejan entrever en la marca y a la mala imagen galopante que se deriva precisamente de estos encontronazos entre los clientes y los talleres oficiales.
Esta anécdota de los nueve meses esperando una puerta para su coche se ha convertido en la comidilla de Jaguar Land Rover porque se suma a los miles de problemas mecánicos reconocidos a nivel interno por los propios trabajadores. No hay que olvidar que, pese a los dramas que viven muchos de los clientes, lo cierto es que son los propios trabajadores de Land Rover los primeros afectados por los fallos mecánicos y de posventa que ha dado la marca en los últimos años.
La esperanza que se deja entrever en Jaguar Land Rover tiene que ver con la conversión eléctrica. Recientemente, la marca ha anunciado que quiere apostar fuerte por la electrificación de sus modelos además de echarse en brazos solo del sector del lujo (dejando atrás otras cuestiones como puede ser un modelo más asequible como el Evoque). Las baterías y la falta de componentes de los motores térmicos dejaría a Land Rover más aliviado, en teoría. Pero antes tiene que solucionar el papelón que tienen con los modelos que vendieron hace unos años y que tantos quebraderos de cabeza están dando a los directivos de la marca británica.
Sobre qué harán, no hay ideas claras. De momento, los problemas de abastecimento y de falta de stock son evidentes y se unen a otro muchos, como el hecho de que Caixabank, por ejemplo, haya querido dejar atrás la oferta de Jaguar o Land Rover en renting o que haya más de un compra-venta conocido que no quiera aceptar como parte de pago este tipo de coches por los problemas potenciales que pueden dar en garantía.
