Admiro a muchos deportistas españoles. Me apasionan los deportes y, créanme, siento una profunda admiración por todos ellos. España cuenta con numerosos atletas que triunfan en sus respectivas disciplinas y que son verdaderos íconos a seguir. Sin embargo, hay un factor único que solo posee un piloto: el riesgo de jugarse la vida en cada competición. Es por eso que admiro tanto a los pilotos, aquellos que lo dan todo en la pista. ¿Alguna vez han pensado en nuestro Ángel Nieto, 13 veces campeón del mundo, o como él prefería decir, 12+1? Tenemos un legado impresionante de pilotos españoles que han sido campeones del mundo.
En el mundo del motociclismo, hay pilotos… y luego está Marc Márquez. Un verdadero gladiador que no conoce el suyuignificado de la rendición. A lo largo de su carrera, Marc nos ha enseñado que no existen adversidades capaces de doblegar a un piloto fuera de serie como él. Su determinación inquebrantable y su espíritu luchador lo han convertido en una leyenda viviente, y hoy, en el Gran Premio de Aragón, nos lo ha vuelto a demostrar, conquistando tanto la carrera sprint como la carrera larga, todo a bordo de una Ducati de 2023.
Pero Marc Márquez no es solo un piloto; es un guerrero que, con cada vuelta y cada curva, se protege con un escudo contra el dolor y el sufrimiento. Después de todo lo que ha pasado, sigue mostrando que es capaz de sobreponerse a cualquier obstáculo, como lo hizo hoy, superando a todos sus rivales y llevándose la victoria de manera espectacular.
No podía ser de otra manera. Marc nos tiene acostumbrados a lo extraordinario, a esos momentos en los que su superioridad es tan abrumadora que nos deja sin aliento. Hoy, verlo cruzar la línea de meta no fue solo emocionante, fue puro éxtasis. Si con esta victoria no me levanté de mi silla de ruedas por la emoción, entonces nada lo hará jamás. Porque hoy, Márquez no solo ganó una carrera; nos recordó a todos por qué lo seguimos, por qué lo admiramos y por qué su nombre está destinado a permanecer grabado para siempre en la historia del motociclismo.
Este triunfo no es solo de Marc, sino de todo su equipo. No puedo nombrar a todas las personas de su equipo porque me dejaría alguna en el tintero, y no sería justo. Pero sí, hay que brindar por todos ellos y aplaudirles tanto a ellos como a Marc. A todas las personas que, día tras día, trabajan para que nuestro piloto esté donde debe estar: en lo más alto. Gracias, Marc, por hacernos tan felices, por nunca rendirte y por mostrarnos que, con trabajo duro y pasión, no hay barreras que no se puedan saltar.
¡Viva Marc Márquez, su equipo y todos los que hacen posible este espectáculo increíble!
LUIKE/CHASIS CERO
RR23
