El verano ha llegado y con él, la tentación de bajar las ventanillas para disfrutar de una brisa fresca mientras conducimos. Sin embargo, esta práctica, aunque aparentemente inofensiva, puede esconder riesgos inesperados para nuestra seguridad.
El mito del ahorro
Muchos conductores creen que bajar las ventanillas es una forma de ahorrar combustible, ya que evita encender el aire acondicionado. Si bien es cierto que el climatizador consume una pequeña cantidad de energía, esta afirmación solo es cierta a velocidades muy bajas. A partir de cierta velocidad, la resistencia aerodinámica causada por las ventanillas bajadas aumenta el consumo de combustible de manera significativa.
El peligro oculto
Además del consumo, bajar las ventanillas a media puede convertirse en un verdadero peligro en caso de accidente. El cristal, al estar parcialmente bajado, podría impactar directamente sobre la cabeza de un ocupante en caso de un frenazo brusco o una colisión, provocando lesiones graves, incluso mortales.
El consejo del experto
Bernat Escolano, un reconocido influencer del mundo del motor, ha alertado sobre este peligro a través de un video que se ha vuelto viral en redes sociales. En él, demuestra de forma gráfica cómo un cristal a media puede convertirse en un proyectil en caso de impacto. Por ello, recomienda bajar las ventanillas completamente o dejarlas ligeramente abiertas, pero nunca a media altura.
El método japonés para enfriar el coche
Para aquellos que prefieren utilizar el aire acondicionado, existe un truco sencillo y eficaz para enfriar rápidamente el interior del vehículo antes de arrancar: el método japonés. Consiste en abrir una ventana del lado del conductor y cerrar y abrir repetidamente la puerta del lado opuesto. Este movimiento crea una corriente de aire que expulsa el aire caliente acumulado en el interior, permitiendo que el aire acondicionado enfríe el habitáculo de manera más eficiente.
La importancia de una temperatura adecuada
Conducir con una temperatura agradable en el interior del vehículo no solo mejora nuestra comodidad, sino que también aumenta nuestra seguridad. Un estudio realizado por la DGT recomienda mantener la temperatura del habitáculo entre 21 y 23 grados Celsius. Conducir con demasiado calor puede provocar somnolencia, deshidratación y afectar nuestra capacidad de reacción.
En conclusión
Si bien bajar las ventanillas puede resultar tentador en los días calurosos, es importante hacerlo de manera segura. Bajarlas completamente o dejarlas ligeramente abiertas es la opción más segura. Además, utilizar el aire acondicionado y aplicar el método japonés para enfriar el vehículo antes de arrancar son medidas sencillas que pueden mejorar nuestra comodidad y seguridad al volante.
