Actualidad

La razón por la que los neumáticos de los coches eléctricos se gastan antes

Y es que no se puede luchar contra la cruda y real física

Es posible que, a menos que tengas un pinchazo o vivas en un lugar de altas temporadas de nevadas, no pienses mucho en los neumáticos de tu coche. Pero, a medida que más y más personas se van pasando al lado más electrificado del automóvil, algunos se han percatado de que los neumáticos se gastan considerablemente antes que en sus equivalentes diésel y gasolina.

Ser propietario de un coche eléctrico para desplazarse al trabajo puede resultar gratificante si puedes cargarlo en casa durante las horas de menor actividad para reducir los costes de “repostar” la batería con electrones. Pero otro aspecto que merece su consideración son los pocos elementos de desgaste de un coche eléctrico, como bien pueden ser las pastillas de freno o, en este caso, los neumáticos. Sí, el coste de mantenimiento total es potencialmente más bajo que un coche de combustión interna, pero el eléctrico no está exento de pegas.

Si retrocediéramos una o dos décadas y recordásemos el debate en torno a los eléctricos, oiríamos casi constantemente que son la solución definitiva a una catástrofe climática. Pero no mucha gente solía prestarles atención antes de que llegaran al mercado modelos como el Nissan Leaf o el Tesla Model S. Incluso después de que estos coches hubiesen demostrado que tener un eléctrico era viable, muchos de nosotros no estábamos entusiasmados con la idea de deshacerse de la gasolina y el diésel, y menos aún de cara a apenas una década.

Sin embargo, aquí estamos ahora: casi todos los sistemas de propulsión están electrificados y emblemáticas configuraciones de 16 (solo Bugatti), 12, 10 ocho y seis cilindros se están abandonado en virtud de bloques de cuatro y tres cilindros unidos a una gran batería y a un motor eléctrico. Dejando al margen multitud de debates, para alguien que necesita un coche cómodo para el día a día y puede cargarlo, tiene sentido considerar un eléctrico, más que nada porque aún hay incentivos en ellos mientras se consolidan en el mercado.

A cambio, te llevas un coche con una gran aceleración gracias a su par instantáneo, mucho espacio a bordo en relación a su tamaño, un silencio a bordo que muchos agradecerán y una autonomía que, poco a poco, es más alta y ofrece más confianza a los potenciales usuarios. Además, es un hecho que un coche eléctrico tendrá menos fallos mecánicos; la razón el muy obvia: su tren motriz implica muy pocas piezas móviles en comparación con el motor y la transmisión de un vehículo de motor de combustión interna. Aunque hay un “pero”.

Tanto uno como otro, tienen componentes en común. Uno de ellos son los ya mencionados neumáticos. Con el paso de los años y el uso, algunos dueños de vehículos eléctricos están descubriendo que sus gomas se desgastan más rápido que con los vehículos tradicionales de combustión interna, en algunos casos, hasta un 20 % antes. El problema viene por: primero, el peso, que supone mayor carga para los neumáticos; segundo: con el par momentáneo de los motores eléctricos, se queda más caucho impreso en el asfalto, aunque no quieras.

Ryan Pszczolkowski, director del programa de pruebas de neumáticos de Consumer Reports en Yonkers, Nueva York, habló junto con Diana Plasker sobre la ingeniería especial que entra en juego cuando el caucho en un coche eléctrico rueda por la carretera para el podcast de Science Friday. “Los coches eléctricos son más pesados ​​que los de combustión interna. En algunos casos, un 10, un 20 e incluso hasta un 30 % más que los de motor de combustión interna al que estamos acostumbrados. Eso es considerable”, afirma Pszczolkowski.

“Y lo que estábamos viendo es, aproximadamente, que los neumáticos se desgastan un 20 % más rápido que en los de combustión. Y eso es un poco frustrante porque los neumáticos, en general, son caros. Muchos de estos eléctricos vienen con ruedas más grandes y paredes laterales con perfiles más bajos. Y neumáticos como ese, son más caros. Y ahora tienes que cambiarlos, en algunos casos, costando casi el doble, dependiendo de cómo conduzcas y qué coche lleves. Por lo tanto, es un obstáculo para personas con vehículos eléctricos”.

A ello, el experto también añade el aspecto del frenado regenerativo: “Básicamente, cuando levantas el pedal del acelerador, el coche disminuirá la velocidad. Así que ni siquiera estás pisando el pedal del freno. Lo que está sucediendo es que ahora estás creando una fuerza en la dirección opuesta y estás haciendo fricción en la goma de nuevo. Es como si estuvieras acelerando, pero marcha atrás, por así decirlo. Y eso sucede todo el tiempo al conducir”. Por eso es por lo que hay que someterse a un compromiso: ¿agarre o durabilidad?

Si buscas que un neumático desgaste menos la banda de rodadura, es posible que se estés sacrificando el agarre en superficies húmedas y mojadas y la tracción en nieve. Aquí es todo un compromiso. Y no puedes tenerlo todo, por así decirlo. Así que hay un equilibrio entre dónde trazar la línea en términos de rendimiento y en qué dirección. Pero esto no es algo nuevo. La evolución histórica del automóvil siempre ha venido ligada a más potencia y peso, e incluso en los coches de combustión hay que hacer este sacrificio (menos costoso).

Curiosamente, en un coche de combustión interna, el vehículo cuenta en sí con sólo un 25 % de eficiencia. Y sólo el 5 % de esa eficiencia se ve afectada por los neumáticos. El tren motriz de un vehículo eléctrico tiene una eficiencia cercana al 80 %, haciendo que las gomas sean una parte mucho mayor de ese pastel. El 16 % de la eficiencia del coche proviene ahora de los neumáticos, pasando a ser un centro de atención antes un tanto olvidado. Por eso los fabricantes de neumáticos están ya desarrollando neumáticos específicos para eléctricos.

Los altos números de potencia y par actuales con las más de dos toneladas de masa que se estilan, necesitan de gomas poco tradicionales si se busca ese rendimiento y esa durabilidad que uno espera. Por el momento, tan solo te queda conducir con suavidad, porque la masa es la que es y la física no tiende a cambiar sus reglas. Pero es muy posible que llegue alguna tecnología que permita que los neumáticos duren más y aún así brinden el agarre óptimo en la mayoría de las circunstancias. Los neumáticos no paran de mejorarse día a día.