Manda su Cupra de 14.000 kilómetros al desguace porque la batería es más cara que el coche
El sector de la automoción se enfrenta a un desafío cada vez más evidente: el alto coste de las baterías en los coches eléctricos. Un ejemplo que ha despertado gran atención es el caso de un Cupra eléctrico que, tras recorrer apenas 14.000 kilómetros, terminó en el desguace. Este incidente fue reportado por Ángel Gaitán, conocido mecánico en TikTok y responsable del taller GT Automoción.
Gaitán señala que existe una alternativa viable: desmontar la batería y cambiar únicamente la carcasa dañada. Sin embargo, se pregunta por qué no se ha optado por esta solución más simple y económica.
La respuesta parece estar vinculada al funcionamiento del mercado. Para los fabricantes, las baterías representan un gran negocio, y reemplazarlas por completo, incluso en casos de daño menor, genera más beneficios que realizar reparaciones específicas.
Esta situación plantea una incógnita importante: ¿es coherente con la filosofía "ecológica" que rodea a los coches eléctricos? ¿No es irónico que un vehículo diseñado para reducir el impacto ambiental termine generando más residuos y elevando los costes de la transición hacia una movilidad más sostenible?
Las críticas de Ángel Gaitán han abierto un debate crucial. La obsolescencia programada en las baterías de los coches eléctricos no solo afecta el bolsillo de los consumidores, sino que también cuestiona la verdadera sostenibilidad de estos vehículos.
¿Qué se puede hacer ante esta situación? Es fundamental exigir mayor transparencia por parte de los fabricantes, reclamar soluciones de reparación más asequibles y apostar por un modelo de consumo que no dependa de la obsolescencia planificada.
El futuro de la movilidad eléctrica está en riesgo. No podemos permitir que la búsqueda de beneficios inmediatos se sobreponga a la protección del medio ambiente y a los derechos de los consumidores. Ha llegado el momento de pedir un cambio de enfoque en la industria automotriz.