Imagina que compras un coche de segunda mano por más de 5.000 euros, lo llevas a reparar al mismo sitio donde lo adquiriste, y en vez de arreglarlo, te enteras de que lo han vendido a otra persona. Esto es precisamente lo que le ha sucedido a una pareja estadounidense en una historia que parece sacada de una película.
Lindsey Thompson y su prometido se encuentran en el centro de esta inverosímil situación. Hace un año, emocionados, compraron un Ford Taurus de 2005 en Cherokee Auto Sales, un concesionario de segunda mano en Knoxville, Tennessee. El precio del vehículo era de 5.900 dólares (unos 5.500 euros), y decidieron financiar la compra con una entrada de 700 dólares y el resto a pagar en 12 meses. Además, el contrato incluía una garantía para ciertos componentes clave como la transmisión, los frenos y el aire acondicionado.
Todo parecía ir bien hasta que, cinco meses después, en noviembre de 2023, la transmisión del coche comenzó a fallar tras recorrer unos 19.000 kilómetros. Confiando en la garantía, la pareja llevó el coche de vuelta a Cherokee Auto Sales para que lo repararan. Sin embargo, nunca imaginaron que esta decisión les llevaría a perder su coche.
Thompson y su prometido esperaron pacientemente durante 10 días sin recibir noticias sobre la reparación. Finalmente, decidieron acudir al concesionario para obtener información. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que el coche había sido vendido a otro cliente. No sólo eso, sino que el personal del concesionario tuvo el descaro de entregarles la placa de matrícula, como si se tratara de un trámite rutinario.
En una entrevista con ABC 6 WATE, Thompson relató la surrealista experiencia. Según la pareja, el concesionario les dio argumentos absurdos, mencionando el kilometraje del coche y los pagos mensuales. Sin embargo, Thompson y su prometido demostraron que habían estado al corriente de los pagos, mostrando extractos bancarios que evidencian una inversión de cerca de 2.700 dólares en el coche.
Lo más insólito del caso es que, meses después de la venta a otro particular, el Ford Taurus sigue registrado a nombre de Thompson. Cherokee Auto Sales no formalizó la transferencia del vehículo, lo que añade una capa más de complejidad a esta historia.
Desesperados por recuperar su dinero o al menos un coche de valor similar, la pareja ha denunciado el caso y está trabajando con un abogado. "Solo quiero que me devuelvan mi dinero o un coche", afirma Thompson. Afortunadamente, cuentan con la documentación necesaria para llevar su caso ante un juez, quien seguramente les dará la razón.
La situación tomó un giro aún más dramático cuando un conocido reportero de ABC 6 WATE se acercó al concesionario para investigar. El personal del concesionario, claramente consciente de su posición desfavorable, reaccionó de manera hostil, llamando a la policía y expulsando al reportero. "No estáis haciendo nada malo. Parece que tienes los recursos para hacer un reportaje bastante bueno, ¿verdad?", comentó irónicamente el oficial que respondió a la llamada.
Este caso no solo resalta la importancia de comprar en lugares de confianza, sino también la necesidad de estar siempre atentos a los detalles legales y contractuales. La historia de Lindsey Thompson y su prometido es una lección para todos los compradores de coches de segunda mano: siempre asegúrate de que tu inversión está protegida y, sobre todo, de que el vendedor es digno de confianza.
